Reflexión: La muerte de Dota 2
Lo que empezó en su día como un mod con el editor de
Warcraft 3 y acabó convirtiéndose en amo y señor de los deportes electrónicos
está llegando a su fin.
Dota 2, hijo predilecto de ese mod, Defense of the Ancients
y su hermano menos corpulento pero mucho más listo League of Legends. Ambos
herederos del género nacido en el editor de Blizzard han reinado en el género
MOBA durante casi una década y en los e-sports desde que en 2011 Valve decidiese poner 1 millón de
dólares encima de la mesa para el ganador de The International, su torneo
mundial.
Una locura que sentó los precedentes de lo que en años
posteriores fueron hasta 25 millones de dóllares en premios para los ganadores de este
2018. Y por supuesto League of Legends no se ha quedado atrás, siguiendo la
estela de su hermano mayor no ha repartido tanto en sus torneos mundiales, pero
a lo largo de sus temporadas anuales el bote supera a lo repartido por Dota 2.
¿Y entonces porque digo que está muriendo?
Bien, los números hablan por sí solos. Dota 2 ha perdido
casi la mitad de sus jugadores desde 2016, donde llegó a picos de más de un 1,2
millones de jugadores simultáneamente. Números que languidecen frente a las más
3 o 4 millones de cuentas que presumía de tener activas simultáneamente Riot
Games. Algo no verificable debido a la escasa transparencia de la empresa en
estos términos.
Sea como fuere, estos números van cuesta abajo y sin frenos
para ambas empresas, haciéndose particularmente notable en el título al que más
he jugado y que da nombre a este vídeo, Dota 2.
Pero la pregunta más interesante que debemos hacernos es
¿Porqué están muriendo ambos juegos?
El asesino de ambos títulos tiene nombre propio. Fortnite.
Ya desde la salida de Overwatch hace un par de años, el reinado de los MOBAs
empezó a tambalearse, la gente más casual prefería las partidas rápidas de 15
minutos a las interminables partidas de más de 60 que podían encontrarse
fácilmente en Dota 2 o LoL.
Si bien es cierto que Overwatch no terminó de cuajar sobre
todo por su horrendo balance de cara al competitivo, el año pasado vino otra
empresa a rematar a quien parecía que podía levantarse. Epic Games, vio el
temprano éxito de PUBG, que en escasos meses de vida consiguió superar a DOTA 2
como título más jugado en Steam y se puso las pilas de inmediato.
Cambió su proyecto de Fortnite que iba a ser una especie de
cooperativo de pago para convertirlo en un Battle Royale con modelo de negocio
free to play. Una apuesta arriesgada pero que de seguro no se arrepienten de
haber hecho.
A día de hoy Fortnite ha reventado el mundo multijugador de
los videojuegos modernos. Con un modelo de negocio tremendamente bueno, sin
loot boxes, donde el jugador paga por lo que quiere comprar y exclusivamente con fines
estéticos, nunca adquiriendo una ventaja sobre los demás.
Si a esto le añadimos una dedicación extrema por parte de la
compañía, con multitud de parches y actualizaciones que mejoran el juego cada semana
para evitar caer en la monotonía podemos ver la diferencia con el segundo
asesino de Dota 2.
Valve. Si, la misma empresa que compró los derechos del mod
DotA y que dio a luz a su sucesor y aspirante a rey de los mobas también está
cavando la tumba de su propio hijo.
Y el ejemplo es claro. A Dota 2 le ha afectado mucho más el
impacto de Fortnite que a LoL. Y esto es debido a que Riot Games cuida a su
hijo predilecto como si fuera de porcelana.
Sin embargo Valve ha caído desde hace ya varios años en la
política del mínimo esfuerzo. En declaraciones de la propia compañía, todos sus
esfuerzos se han ido a mantener Steam activo como reina de las plataformas para
jugar en PC. Mientras que Dota 2 estaba administrado por un reducido grupo de
una veintena de personas.
Todo cobra sentido si visualizamos un grupo tan escaso de
personas haciendo frente a parches, bugs, hackers, balanceo, nuevos héroes,
nuevas mecánicas…
El resultado es que tras los 7 años de vida del MOBA de
Valve hemos visto pocos héroes y aún menos cambios ingame. Y aunque el juego
fue creciendo a buen ritmo durante sus primeros años de vida, nunca llego a ser
accesible al jugador novato, tornadose en un padre autoritario que abofetea a su
hijo cuando hace algo mal pero que nunca lo recompensa por sus éxitos. Así es el
jugador de dota 2, un sufridor que solo ha leído insultos por chat desde que
empezó el juego, y si tras varios años aún sigue en activo, no podemos exigirle
que no haga lo mismo con los que llegan hoy. La toxicidad es un enemigo
presente en todo juego competitivo por equipos pero no podemos culpar solo a
las personas, Valve y Riot Games son los máximos responsables.
Pero si alguien ha rematado finalmente a Dota 2 no ha sido
ni Valve con su escasez de recursos ni Fornite por hacerlo escandalosamente
bien.
El verdadero asesino de Dota 2 ha sido IceFrog. Su propio creador,
el mismo que junto a varios otros usuarios editó y balanceó el primer DotA.
IceFrog amaba tanto su obra que nunca vio que necesitaba un cambio. Un cambio
radical, un cambio de 180 grados.
Las partidas de 1 hora ya no interesan señor IceFrog, llevan
sin ser atractivas desde hace muchos años pero tanto usted como su equipo no
tienen el valor de cambiar el sistema. Un sistema que además es demasiado complejo
e inaccesible para el nuevo jugador, en el que afectan demasiados factores a la
jugabilidad.
Factores como el tiempo de giro diferente en cada personaje,
la velocidad de movimiento o la compleja escalada de las 3 estadísticas
principales entre otras decenas de ejemplos. Y si bien eso dota de profundidad
al juego, lo hace imposible para muchos jugadores noveles además de
tremendamente difícil de balancear, imposibilitando así un cambio sostenido en
la mecánica de juego por miedo a romperlo.
Pero Icefrog ha estado tan ciego que ni se ha parado a mirar
el espejo de su propia habitación, porque si lo hubiera hecho habría
vislumbrado el reflejo de su principal competidor League of Legends. El ejemplo
claro de cómo hacer un título asequible al nuevo jugador, simplificando los
parámetros, acortando las partidas e invitando a la gente a jugar.
No han sabido adaptarse, no han sabido evolucionar. Así como
Sonic el erizo en su día no supo dar el salto a las 3 dimensiones, ustedes, los
trabajadores de Valve encabezados por Icefrog, no han sabido proporcionar un
título para todo el mundo por miedo a perder a una pequeña comunidad de amantes
del juego original.
Pero esto ya lo dijo Einstein una vez, si no sabes hacerlo
fácil, es que realmente no sabes hacerlo bien.
Las partidas de una hora no van a volver, Fornite ha dado un
puñetazo demasiado fuerte en la mesa y hasta títulos como Heroes of the Storm
se están tornando más atractivos para el nuevo usuario. Me duele decir esto de
un juego al que he dedicado 3500 horas de mi vida, pero Dota 2 ha muerto.
pero quie dices shurmano te reporto xaaxxaaxaxaxax
ResponderEliminarpero quie dices shurmano te reporto xaaxxaaxaxaxax
ResponderEliminarAl final no
ResponderEliminarDando por hecho que hay unas 600.000 personas de todo el mundo jugando simultaneamente en deiferentes modos de juego en todo momento .
(los 600.000 estan repasrtidos en los diferentes modos de juego)
La mayoria en altos rangos por todo el tiempo que ha metido.